Aleister Crowley nació en Liverpool, Reino Unido, aunque prácticamente desde dicha fecha su vida ha transcurrido en las calles de Londres, junto a su familia adoptiva formada por su padre adoptivo Henry Blackjack, su madre Mary Elizabeth York y su hermano John Blackjack, el cuál nacería 3 años después de su adopción. Su adopción vino debida al abandono llevado a cabo por su padre, al que nunca ha llegado a conocer, en el orfanato “Strawberry Field” de Liverpool, decisión que éste tomó tras la muerte de su madre al darle a luz.
La trágica vida de Aleister parecía haber acabado con su adopción, pues la familia adoptiva siempre lo ha querido como si de su propio hijo se tratase y siempre lo han tratado con mucho cariño y amor, y junto con John, el cual ha sido un gran hermano para él, han podido compartir juntos muchos momentos de su historia. Sin embargo, la tragedia volvía a sacudirle cuando éste tenía 19 años y es que un buen día, por calificarlo de alguna manera, Mary Elizabeth, su madre adoptiva, apareció asesinada en las calles de Londres. Todo apunta a que todo se debió a un posible robo por parte de uno de los tantos grupos de niños rufianes que estaban proliferando en la Inglaterra de comienzos del siglo 20, que actuaban como si de bandas organizadas del saqueo se tratasen. Dicha tragedia provocaría un dolor profundo en Aleister, pues el amor y afecto que sentía sobre su madre era incalculable. Por desgracia no era el único afectado y dicho dolor era compartido también por su padre y hermano, aunque sin duda para Henry, su padre, resultó un duro golpe y durante meses lo único que podía hacerle olvidar eran sus días enteros bebiendo cerveza.
Tras un año, periodo que se hizo muy largo, Aleister tras conocer a una bella joven llamada Lilith Smith, joven que conoció en un bar londinense, decidiría irse a vivir a la ciudad obrera de Manchester junto a ella, dejando a su familia en Londres, pero siempre manteniendo el contacto con ellos y las visitas continuas. Sin lugar a duda Lilith supuso un nuevo camino para Aleister y su familia, pues permitió que la esperanza volviese a fluir en todos ellos y se volvieran a ver como una familia completa nuevamente.
Lilith, era una joven de 23 años muy extrovertida y a la que le encantaba la historia y las antiguas civilizaciones y aunque no era británica, pues provenía de Melbourne, Australia, su integración en dicha sociedad fue muy sencilla, pues Australia al ser fundada por hombres y mujeres provenientes de Inglaterra le permitía conocer su cultura y hablar en su misma lengua.
Gracias a Lilith, Aleister por fin lograría una estabilidad en su vida y pudo compartir junto a ella el interés por las antiguas civilizaciones. Este interés, junto a su admiración por lo desconocido y su ansia por adquirir nuevos conocimientos, le llevó un buen día, y por mera casualidad, a localizar en la gran biblioteca londinense, en una de sus tantas visitas a dicha ciudad, un nuevo concepto metafísico sobre la vida y el ser humano. Se trataría de un libro escrito por uno de los más importantes ocultistas que florecían en dicha época, Eliphas Levi.
Eliphas Levi, era un ocultista Francés y uno de los más reconocidos en aquel momento por su gran obra “Transcendetal Magic: Its Doctrine and Ritual” en la que hablaba sobre la ascensión del individuo a través del conocimiento. A pesar de la distancia Aleister no dudo ni un momento en ponerse a escribir cartas con él, confluyendo en una gran amistad y acabando por convertirse Eliphas en el propio mentor de Aleister, tras éste irse a vivir durante cinco largos años a Manchester cerca de su alumno pródigo.
Tras este tiempo Eliphas decidió volver a su hogar en Francia ya que consideraba que Aleister habia adquirido toda la base necesaria para emprender su propio camino y así lo hizo éste último, pues tras la marcha de Eliphas siguió adquiriendo los conocimientos necesarios sobre ocultismo y sobre los diferentes objetos utilizados a lo largo de la historia por las diferentes civilizaciones.
Tras cuatro años progresando en sus conocimientos descubrió que en Estados Unidos podría seguir avanzando en sus estudios gracias al Instituto Ocultista de Massachusetts, el cual, disponía de la biblioteca más importante sobre dicha temática y a los mejores expertos en la materia desde mediados del siglo XIX. Debido a ello decidió emprender su viaje hasta Boston, la capital de dicho estado y donde se ubicaba el instituto, siendo ahí donde lograría adquirir su mayor sabiduría convirtiéndose en uno de los mayores expertos sobre la temática ocultista y sus diferentes usos.
Mientras el progresaba en sus estudios Lilith volvería a Melbourne hasta que Aleister pudiese regresar a Manchester, así pudiendo ella también avanzar en sus estudios de historia y nuevas civilizaciones y proseguir con sus aventuras de arqueología, en este caso estudiando a los nativos aborígenes de Australia y sus ancestrales costumbres. A pesar de la distancia el contacto no lo perdieron, pues su amor seguía intacto, por lo que mantenían comunicación escrita, a pesar de la lentitud del medio. Al igual que ambos a su vez mantenían el mismo tipo de comunicación con la familia de Aleister.
La adquisición de esa cantidad de conocimientos hicieron que Aleister estuviese cada vez más metido en asociaciones secretas para el público en general pero que permitían que sus conocimientos sobre rituales fueran creciendo, pudiendo incluso ponerlos en práctica de vez en cuando. A pesar de ello, su buen humor nunca se perdería y aunque fue adquiriendo cada vez más un aspecto serio de cara a la gente, lo que de primeras provocaba cierta impresión negativa, cuando le conocían podían ver en él su lado más amable y bonachón.
Un buen día, mientras se encontraba en un bar de Boston llamado “Snake” conoció a una aventurera llamada Vicky Dragonson, a la cual le atrajo inmediatamente su carácter, que le pareció muy atractivo, además de por su aspecto. Sin embargo Vicky pretendía tener algo más de lo que Aleister le podía ofrecer, pues Aleister no podía olvidarse de Lilith. A pesar de ello, pasaron una buena noche conociéndose y forjando una amistad duradera. Amistad que a Vicky le permitiría a partir de ese mismo momento disponer de un experto en ocultismo y objetos mágicos al que poder consultar cada vez que volvía con objetos mágicos extraños de sus múltiples aventuras.
Actualmente, Aleister, a sus 30 años de edad, se encuentra inmerso en un compendio de aventuras junto a Vicky y otros grandes investigadores que le permitirán conocer los lados ocultos que el mundo puede reportar.