Vicky ‘Snake’ Dragonson nació en Boston hace ya 22 años. Desde sus primeros pasos siempre ha estado muy influenciada por la vida de su padre, Mike Snake ex militar, policía y prestigioso investigador privado. Poco se sabe de su madre, que les abandonó a los pocos meses de nacer.
Cuando era pequeña siempre se divertía con los juegos que le hacía su padre. Éste, le dejaba pistas por toda la casa para poder encontrar regalos que le traía cuando volvía de viaje. También le contaba muchas historias de su larga vida profesional, algunas con un final feliz, otras más oscuras, cuando la niña se lo pedía. Esto le influenciará en su posterior vida como investigadora.
Se graduó en la universidad de Boston como Investigadora de criminología y forense con grandes honores y una de las notas más altas en la historia de la universidad. Fue una época dura debido a varias razones. La primera y más obvia, el hecho de ser mujer y estudiar en una famosa universidad y, más, una carrera donde predominaba el género masculino.
La segunda, y menos conocida, la muerte de su padre por causas desconocidas mientras investigaba un caso, aún estando jubilado, por un favor de una amistad suya. Fue en ese momento cuando se cambió de apellido de Snake a Dragonson, para evitar que la vincularan con la muerte de su progenitor en unas circunstancias tan sumamente extrañas.
Durante la carrera y tras las noticias surgidas por su fantástica carrera universitaria, obtuvo una buena reputación en todas las altas esferas del país, así como en el extranjero. Una investigadora a la que la llamaban desde muchos departamentos jurídicos en la ayuda de casos complejos e inverosímiles, haciéndose un hueco en todos los lugares que visitaba. Casualidades de la vida, la apodaron con el nombre de Snake.
Pero Vicky tenía una segunda vida menos conocida, más oscura, que nadie conocía. Las historias que de pequeña le contaba su padre, no solo era de casos conocidos. Existe un mundo oscuro que su padre le dio a conocer, oculto en las historias que tanto disfrutaba oír. Un mundo, nada conocido por la calle de a pie, y que solo unas pocas personas en el mundo conocía. Un mundo de lleno de espíritus y demonios que asolan el planeta sin que la gente lo percibiera.
En varias ocasiones, se unía a un amigo conocido en este mundo. Lo conoció en un bar de Boston, Aleister Crowley. Cada vez que quedaban, hablaban horas y horas de este mundo y que los dos compartían tanto. Un amigo en el que confiar historias sombrías y que pondría los pelos de punta a cualquiera que las escuchara.
También tejió una gran relación con Jackon Elías, un conocido escritor fascinado igualmente por el ocultismo que había trabajado en varios libros sobre sectas y prácticas prohibidas. Vicky llegó incluso a colaborar con él, e incluso aunque no suele hablar del tema y cuando lo hace tan sólo es para negarlo, tuvieron un tórrido romance que no pasó a mayores. En una de sus investigaciones, Jackson Elias cubrió la operación de desmantelación de una extraña secta que bajo la excusa del culto a seres estelares, esclavizaba familias enteras.
Pero en su vida principal y más conocida, en la que la mayoría de las veces era optimismo y alegría, se unió a otros investigadores con grandes conocimientos en la materia. Disfrutaba de grandes aventuras y aprendía a diario.Todo esto, sumado a todos los conocimientos que le transfirió su padre, hacía que tuviera trabajos muy bien pagados (la muerte de su padre, también hizo que heredara una cuantiosa suma de dinero) por lo que podía vivir con grandes lujos que en esa época era difícil ver. Llegó a tener hasta su propia compañía de transporte de mercancía marítima.
El ser tan conocida hizo que en ocasiones pasara algún que otro apuro. En uno de sus últimos casos en San Francisco, seguía una pista de dudosa veracidad que la había pasado un conocido, le hizo caer en una trampa con la intención de acabar con ella. Por suerte, salió casi ilesa de este infortunio, casi, ya que terminó con un disparo en una pierna. En el hospital donde le curaron la herida, conoció a una doctora con una reputación internacional que ya había oído hablar, Johanne Stone, que la trato psicológicamente por el trauma causado.
Desde ese dia, se dijo así misma que solo seguiría su propio instinto.
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